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66th IFLA Council and General
Conference

Jerusalem, Israel, 13-18 August

 
 


Code Number: 127-89-S
Division Number: 0
Professional Group: IFLA Executive Board Advisory Group
Joint Meeting with: -
Meeting Number: 89
Simultaneous Interpretation: Yes

GRUPO ASESOR DE LA IFLA SOBRE LA DIVISIÓN 8

Marjorie E. Bloss (USA), Chair
Peter Hegedus (Hungary)
Derek Law (Scotland, UK)
Sissel Nilsen (Norway)
Kay Raseroka (Botswana)
Adolfo Rodriguez (Mexico)
Jianzhong Wu (China)


RESUMEN DE LA JUNTA DIRECTIVA

En el Congreso de la IFLA de Bangkok (1999), el Grupo de Trabajo sobre la Revisión de los Estatutos y Normas de Procedimiento de la IFLA presentó un informe que contenía 13 recomendaciones. Una en concreto, la número 12, recomendaba la disolución de la División 8. El fundamento de esta recomendación era "integrar" las actividades de la División 8 en las otras siete divisiones, por lo que recomendó su disolución. Esta recomendación se encontró con una fuerte oposición de los miembros del Consejo y como resultado se aprobaron todas las recomendaciones excepto ésta que posteriormente se ha convertido en la base para la revisión de los Estatutos de la IFLA.

Después del Congreso de la IFLA, la Junta Directiva creó un Grupo Asesor para examinar los problemas que surgieron en relación con la División 8. El Grupo Asesor ha utilizado el correo electrónico para desarrollar su labor desde enero de 2000 y presenta este documento para que se discuta en la reunión del Consejo de la IFLA en Jerusalén. Con ese fin, el documento de debate incluye los siguientes temas:

  • Premisas Básicas del Grupo Asesor.
  • Information sobre la creación de la División 8, el ALP y las Oficinas Regionales.
  • Examen de la estructura actual, incluyendo la financiación.
  • Problemas específicos de la División 8.
  • Evaluación de la estructura actual.
  • Recomendaciones y actuaciones siguientes a llevar a cabo.
De las siete recomendaciones hechas por el Grupo Asesor, destacan tres en concreto:
  • La División 8 no debería disolverse en este momento.
  • Los miembros de la División 8, las Oficinas Regionales, el ALP y los representantes seleccionados (por ejemplo, los presidentes de las anteriores Juntas Profesionales y los responsables de las divisiones que han colaborado con los Comités Permanentes Regionales) deben revisar, redefinir y proponer la estructura organizativa regional que sea más eficaz. Con ese fin, el Grupo Asesor pide que este debate constituya un tema importante en la reunión de los grupos regionales en Uppsala prevista para octubre de 2000.
  • Se examine y evalue la financiación de la División 8 y de las Oficinas Regionales prestándoles especial atención a la consolidación de la financiación, a la eliminación de la duplicidad de esfuerzos allí donde sea posible y al logro de un equilibrio económico entre las necesidades de los grupos regionales y las Divisiones 1-7 de la IFLA, los Programas Básicos, etc..

1. PREMISAS BÁSICAS DEL GRUPO ASESOR

En el Congreso de la IFLA de Bangkok (1999), el Grupo de Trabajo sobre la Revisión de los Estatutos y Normas de Procedimiento de la IFLA presentó un informe que contenía 13 recomendaciones. Una en concreto, la número 12, recomendaba la disolución de la División 8. El fundamento de esta recomendación era "integrar" las actividades de la División 8 con las otras siete divisiones, considerándola innecesaria. Esta recomendación se encontró con una fuerte oposición de los miembros del Consejo y como resultado se aprobaron todas las recomendaciones excepto ésta que posteriormente se ha convertido en la base para la revisión de los Estatutos de la IFLA.

Después del Congreso de la IFLA, La Junta Directiva creó un Grupo Asesor para examinar los problemas que surgieron en relación con la División 8. Los miembros del Grupo Asesor son:
Marjorie E. Bloss (USA), Presidenta
Peter Hegedus (Hungría)
Derek Law (Escocia, UK)
Sissel Nilsen (Noruega)
Kay Raseroka (Botswana)
Adolfo Rodríguez (México)
Jianzhong Wu (China)
Además, Sally McCallum (USA) y Warren Horton (Australia) actuarán como asesores cuando se les necesite.

Al comienzo de estas deliberaciones, el Grupo Asesor determinó que lo más importante era desarrollar una estructura en la que la gente pudise participar sin importar el lugar geográfico. Queremos reducir las barreras para la participación, reconociendo que podemos aprender los unos de los otros. Somos conscientes de la necesidad y el valor de la estructura regional de la IFLA y, al mismo tiempo, que posibilita que la gente de estas regiones participe en todos los programas profesionales de la IFLA. Como resultado, el Grupo Asesor determinó que lo más productivo sería examinar primero lo que ya existe. Una vez que se haya hecho, podemos evaluar qué trabajo hacer y cual no. A partir de aquí, podemos hacer recomendaciones que aprovechen lo positivo, reduzcan las debilidades y desarrollen nuevos mecanismos. No tiene sentido crear una línea de actuación si la gente a la que más afecta no cree en ella. Consecuentemente, disolver la División 8 no será una de las recomendaciones de este Grupo Asesor.

Como hizo el Grupo de Trabajo sobre la Revisión de los Estatutos y Normas de Procedimiento de la IFLA, este Grupo Asesor también reconoce que vivimos en un mundo cambiante. En última instancia, aceptamos la necesidad de volver a examinar regularmente la estructura de la IFLA en relación con la División 8, los Centros Regionales y el ALP y de hacer los cambios necesarios para mantener una organización y una estructura vital sensible a las necesidades de sus miembros.

El Grupo Asesor recomienda que se permita a los miembros de la División 8, a las Oficinas Regionales, al ALP y a los representantes seleccionados (por ejemplo, los presidentes de las anteriores Juntas Profesionales, a los responsables de las divisiones que han colaborado con los Comités Permanentes Regionales y a los responsables de los Programas Básicos) revisar, redefinir y proponer la estructura organizativa de la División 8 que sea más eficaz. La gente de las regiones de la División 8 son los que están más familiarizados con sus necesidades y los que mejor pueden identificarlas y hacer las recomendaciones apropiadas. Esto no se debería interpretar como una falta de interés por parte de la IFLA. En cambio, se debería ver como que se da a la gente más activa de la División 8 la oportunidad de definir la estructura organizativa que sea más eficaz para su participación en la IFLA. Además, el Grupo Asesor es totalmente consciente del hecho de que lo que funciona bien puede variar de una región a otra dependiendo de la necesidad y de que cada región puede decidir centrarse en diferentes actividades dentro de un marco de trabajo general.

2. INTRODUCCIÓN

El interés de la IFLA por los grupos regionales comenzó en 1971, cuando se creó el Grupo de Trabajo para los Países en Vías de Desarrollo. El Grupo de Trabajo pretendía ofrecer un medio para que los países en vías de desarrollo tuviesen voz en las actividades de la IFLA y actuar como un conducto para los programas de la IFLA de interés o que beneficiasen a los países en vías de desarrollo. Fue especialmente importante en un momento en el que los Congresos de la IFLA se celebraban siempre en Europa y Norteamérica. En 1975 la Junta Directiva acordó sustituir el Grupo de Trabajo por tres grupos regionales para África, Latinoamérica y el Caribe y Asia respectivamente. En 1976 los tres grupos se integraron dentro de la División de Actividades Regionales.

En 1984 los representantes regionales se reunieron para reestructurar las secciones regionales para que funcionasen más eficazmente. El resultado de estos debates fue un documento titulado "Los Veinticinco Puntos Esenciales." El grupo recomendó una estructura subregional para cada sección y un comité permanente de diez miembros que constase con un número igual de representantes de cada subregión. Propuso la creación de Oficinas Regionales con Directores Regionales y decidió quienes serían los miembros de las secciones y las normas para la participación en los Comités Permanentes Regionales y en la Junta Coordinadora de la División.

La estructura subregional se estableció de la siguiente forma:

Asia and Oceanía
Sudeste de Asia
Sur de Asia
Asia Central y del Este
Oceanía
Países de lengua árabe de la región
(En mayo de 2000, había 298 miembros que viven en la región y 316 miembros inscritos en la Sección Regional.)

África
Países Africanos al Norte del Sahara
África Occidental Francófana
África Occidental Anglófona
África Central Francófona
África Anglófona del Este
Países de lengua árabe del Norte de África
(En mayo de 2000, había 116 miembros que viven en la región y 134 miembros inscritos en la Sección Regional.)

Latinoamérica y el Caribe
Países del Cono Sur (¨Consur¨)
Brasil
Países Andinos
Países del Caribe
Países de América Central y de Norteamérica
(En mayo de 2000, había 129 miembros que viven en la región y 149 miembros inscritos en la Sección Regional.)

La Junta Directiva de la IFLA decidió consolidar su interés y programas en los Grupos Regionales como un Programa Básico que se conoce como Desarrollo de la Biblioteconomía en el Tercer Mundo (ALP). Las actividades del ALP primero se incorporaron al Programa a Medio Plazo 1986-1991. Con la coordinación de las Oficinas Centrales de la IFLA, al principio se intentó llevar a cabo los programas del ALP a través de los Comités Permanentes Regionales y de las Oficinas Regionales. Este método no tuvo éxito por diversas razones relacionadas con la falta de capacidad de las personas para ver las propuestas de proyectos como fuentes de financiación, presupuestos limitados y una falta de coordinación en las regiones y en las oficinas centrales. Sólo cuando en 1990 se creó en la Universidad de Uppsala en Suecia una secretaría permanente para el Programa Básico del ALP y se obtuvieron nuevas fuentes de financiación de fundaciones escandinavas los programas del ALP comenzaron a hacer importantes progresos. De este modo respondieron a algunas críticas sobre la eficacia de su función hasta esa fecha.

En 1997, en un intento por abordar los problemas de comunicación y coordinación dentro de las regiones, la Junta Directiva estudió una propuesta para modificar las Normas de Procedimiento de la IFLA de tal forma que los Comités Permanentes Regionales se trataran de la misma manera que los Comités Permanentes no regionales. Esta propuesta estaba relacionada principalmente con la composición de los Comités Permanentes Regionales y sugería que el número de miembros de éstos aumentase a veinte en lugar de diez, para ampliar la participación y ofrecer oportunidades a nuevos miembros.

Aunque el ALP, la División 8 y las Oficinas Regionales son los grupos iniciales en los que uno piensa cuando se discuten las actividades, proyectos y preocupaciones de las regiones, muchos otros grupos de la IFLA como por ejemplo otros Programas Básicos y Comités Permanentes han apoyado a los grupos regionales. El Grupo Asesor agradece a todos los que han trabajado en asociación con las Secciones Regionales en programas de común acuerdo.

3. EXAMEN DE LA ESTRUCTURA ACTUAL

El funcionamiento administrativo de las tres Secciones Regionales durante los últimos diez años se ha visto apoyado por las medidas que la IFLA ha tomado para apoyar a la División, entre los que se incluyen la creación de las Oficinas Regionales, los cargos permanentes de los Directores Regionales y la asignación de presupuestos para que los Comités Permanentes se reúnan fuera del Congreso. Las Secciones Regionales no son diferentes de los otros grupos profesionales de la IFLA en el sentido de que muchas actividades que han tenido éxito se han iniciado y realizado debido a la existencia de individuos con una visión especial. Entre las colaboraciones que han tenido éxito se encuentran la de los Responsables de las Secciones y las Oficinas Regionales y la de los Responsables de las Secciones y el personal del Programa Básico del ALP, sin olvidar la colaboración entre la División 8 y otros Programas Básicos y Divisiones de la 1 a la 7.

La política de la IFLA es promover y encontrar formas para ampliar la influencia profesional de la IFLA y tener un impacto en las actividades profesionales de todos los países de la División 8, fomentar una mayor participación de los socios regionales y ofrecer oportunidades para que los nuevos miembros tomen parte en el trabajo de los Comités Permanentes Regionales. La pregunta es ¿son los Comités Permanentes Regionales realmente representativos de los profesionales de la biblioteca o de los socios de la IFLA de los países que forman parte de las regiones? ¿ha sido eficaz la estructura actual? ¿existen otras estructuras que podían haber sido más eficaces?

Los Comités Permanentes Regionales celebran reuniones anuales en sus regiones. Durante los últimos años estas reuniones se han celebrado al mismo tiempo que los talleres de trabajo o seminarios para que se pudiesen compartir los gastos de viaje y otros costes. Los Comités Permanentes Regionales elaboran directrices de actuación para el desarrollo de los programas, dentro de cada región, y proponen o aprueban proyectos. Todos los proyectos proceden de las regiones y pasan por estos Comités. El ALP trabaja estrechamente con las Oficinas Regionales y los Comités Permanentes de la IFLA en la planificación, desarrollo y ejecución de proyectos y actividades. Estos grupos deberían evaluar cómo los resultados de estas reuniones podrían ayudar a mejorar las relaciones de trabajo entre ellos. Al hacerlo, les sería útil clarificar y definir los papeles, responsabilidades y funciones de los Comités Permanentes Regionales, el ALP, las Oficinas Regionales y la Junta Coordinadora de la División 8.

Los nueve miembros del Comité Asesor del ALP (los presidentes y secretarios de las tres Secciones Regionales y los directores de la Oficina Regional de la IFLA) se reunieron en Uppsala durante una semana en 1994, 1996 y 1998. La siguiente reunión se celebrará en Uppsala a finales de octubre de 2000. Durante estas reuniones, el Comité evalúa proyectos que están en marcha y otros ya finalizados y planifica las actividades para los próximos dos años.

3.1 Financiación del ALP, la División 8 y las Oficinas Regionales La financiación del ALP, de los Comités Permanentes Regionales y de la asistencia a diversas reuniones (como por ejemplo el Comité Asesor del ALP y la Junta Profesional) procede de diferentes fuentes. Por lo tanto, es difícil calcular correctamente la cantidad total.

Dentro del presupuesto total de la IFLA de 800.000 dólares americanos, un poco menos del 10% (77.000 dólares) se asigna a las Oficinas Regionales, al ALP y a la División 8. (Cada una de las Oficinas Regionales recibe actualmente 15.000 dólares ó 45.000 dólares cada año. Al ALP se le asignaron 27.500 dólares de los fondos del Programa Básico para el año 2000. A la División 8 se le asignaron 4.500 dólares. En estas cantidades no se incluye ninguna "financiación por proyecto especial" de la IFLA o ayudas que pueden aportar otras Divisiones o Secciones.)

El ALP y las Oficinas Regionales reciben ayuda de sus instituciones patrocinadoras. Aunque es difícil identificar el valor monetario total de las ayudas, éste es importante. Por ejemplo, el presupuesto del ALP para 1999 fue de 558.219 dólares y el SIDA (Agencia Sueca para el Desarrollo de la Información) ofrece aproximadamente 6.000 dólares al año a cada Oficina Regional (18.000 dólares en total). Finalmente, la División 8 sólo puede aprovecharse de los fondos económicos y administrativos para pequeños y grandes proyectos asignados por la Junta Profesional, al igual que las Divisiones 1-7. La Junta Profesional asigna dinero para proyectos durante su reunión de noviembre/diciembre y en marzo los revisa. La División 8 está representada en estas reuniones y por lo tanto tiene una participación directa en este proceso.

El ALP actúa como agente administrador de los fondos para proyectos de las Oficinas Regionales. Entre sus tareas pueden estar identificar a los patrocinadores de los proyectos, buscar financiación, realizar informes de los proyectos, etc. Las solicitudes se envían a la oficina de la IFLA de la región en cuestión. Después se envían al Comité Asesor Regional para que se valoren y evalúen. Si el proyecto se aprueba, el ALP busca financiación si no se ha encontrado previamente. A continuación las organizaciones o instituciones locales y el Comité Permanente Regional los llevan a cabo. Por lo tanto, no son proyectos del ALP propiamente dichos. Es obvio que se necesitan fondos adicionales para realizar todas las actividades que se desean. Esto es cierto no sólo en las regiones, sino dentro de la IFLA y en todas las bibliotecas, sus organizaciones, asociaciones e instituciones relacionadas. Por lo tanto, un objetivo fiscal esencial es asegurar una ayuda económica programada equitativa para todos los grupos de la IFLA.

3.2 Puntos Fuertes de la IFLA en Relación con los Grupos Regionales La IFLA ha hecho importantes contribuciones a los países que constituyen los grupos regionales, ofreciendo una estructura estable para fomentar su política de estimular el desarrollo de la profesión en todo el mundo. Desde la década de los 80, la IFLA ha celebrado congresos con éxito en los países en vías de desarrollo o del Tercer Mundo. En colaboración con los grupos regionales, se han celebrado fuera del marco del Congreso de la IFLA numerosas reuniones, congresos y talleres de trabajo específicos relacionados con diferentes aspectos del mundo profesional. La IFLA ha colaborado visiblemente en estas áreas. También ha demostrado su preocupación por la promoción de la biblioteconomía y la documentación en las regiones creando un Programa Básico concreto para estos asuntos, el ALP. Además, se han creado las Oficinas Regionales para el apoyo contínuo de la biblioteconomía. La IFLA ha extendido su preocupación por los derechos básicos de disponibilidad de la información para todos mediante los recientemente creados Comité sobre el Libre Acceso a la Información y la Libertad de Expresión (FAIFE) y Comité sobre Derechos de Autor y Otras Cuestiones Legales (CLM). Tan importantes como son estos comités para la IFLA, realmente son especialmente relevantes para los grupos regionales. Finalmente, la IFLA no funciona por separado, llega a otras instituciones que tienen intereses comunes, ofreciendo una red de apoyo más amplia a sus socios.

3.3 Debilidades de la IFLA en Relación con los Grupos Regionales Algunos de los puntos fuertes de la IFLA también se pueden percibir como sus debilidades. La IFLA ha menudo se ha identificado como una institución de Europa Occidental y Norteamericana en cuanto a la geografía con un interés especial en las asociaciones y en las bibliotecas nacionales y académicas. Aunque se le ha prestado una considerable atención a los países que forman los grupos regionales, algunas veces estas actuaciones se han percibido como un signo de condescendencia. Igualmente, algunos han expresado la preocupación de que se ha prestado demasiada atención a los grupos regionales. Claramente, cualquier acción futura debe tomarse como un intento de encontrar un equilibrio entre la ayuda económica y los recursos para la mejora de toda la organización, lo que es una delicada tarea.

Se han producido enormes cambios económicos, políticos y sociales en el mundo durante la última década. Estos cambios han puesto de manifiesto las dificultades e insuficiencias de agrupar los países que componen los tres grupos regionales de la IFLA. Obviamente estas "debilidades" van más allá del control de la IFLA. Sin embargo, es importante que la IFLA reconozca la necesidad de volver a examinar cómo están definidos los grupos regionales y redefinirlos dentro su estructura siempre que sea posible. Esto es especialmente importante dado el gran tamaño geográfico de las regiones y el número relativamente pequeño de socios y participantes de la IFLA de estas regiones. En el mejor de los casos, debería haber más regiones que abarquen áreas geográficas más pequeñas. Como siempre, entran en juego consecuencias económicas si se recomienda el aumento del número de regiones. Si se hace esta recomendación, no se debe perder de vista el presupuesto programado de la IFLA.

4. CUESTIONES ESPECÍFICAS DE LA DIVISIÓN 8

Muchos individuos han expresado su opinión sobre la División 8. Los comentarios que aquí hacemos reflejan estas diferentes opiniones, que pueden estructurarse en tres temas centrales.
  • Situación especial de los grupos regionales.
  • Estructura de la IFLA.
  • Financiación.

4.1 Situación especial de los grupos regionales

4.1.1 Los miembros de los grupos regionales tan sólo representan un pequeño porcentaje de los socios totales de la IFLA y por ello las personas que forman parte del Comité Permanente Regional se eligen de entre un reducido grupo. Esto también ocurre a la hora de elegir los cargos de los Comités Permanentes dentro de cada región. Además, los países están representados de forma desigual en los grupos regionales, lo que hace difícil garantizar que exista una representación equilibrada no sólo en la región sino también en la Federación.

4.1.2 A menudo las herramientas más elementales, presentes desde hace tiempo en otros países, no existen en los países de los grupos regionales, como por ejemplo, infraestructuras de comunicaciones poco desarrolladas, asociaciones profesionales débiles o insuficiente tecnología.

4.1.3 Las bases teóricas y prácticas de muchos de los países de los grupos regionales son insuficientes para ofrecer servicios bibliotecarios de calidad. Faltan nuevas ideas e iniciativas y, en consecuencia, las actitudes son muy conservadoras y se necesitaría una apertura. En parte esto se debe a que hay diferentes prioridades dentro de los grupos regionales.

4.1.4 Muchos de los miembros de los comités de las divisiones 1 a 7 desconocen las actividades que se están realizando en estos grupos regionales y a menudo no reciben informes de sus reuniones o boletines de estas regiones. Así pues el desconocimiento es mutuo.

4.1.5 Ha habido muchos comentarios sobre el desajuste existente entre la definición de la IFLA de "grupos regionales" y los cambios políticos y geográficos que éstos han experimentado recientemente. Se incluyen aquí también las cuestiones culturales y el reciente desarrollo económico de algunos de estos países.

4.1.6 Además de los cambios geopolíticos y de las grandes zonas geográficas que abarca cada grupo regional, las numerosas lenguas que se hablan dentro de un mismo grupo constituyen un problema añadido. Como ejemplo, en la Sección de Latinoamérica y el Caribe dentro de la División 8 existen cuatro lenguas predominantes: español, portugués, inglés y francés.

5. ESTRUCTURA DE LA IFLA

5.1 La relación exacta entre los miembros del ALP, las Oficinas Regionales y el Comité Permanente Regional necesita una definición más clara, especialmente en cuanto a su estructura, financiación y actividades programadas. Aunque la IFLA disponga ya de una estructura, ésta debe revisarse, clarificarse y, muy probablemente, depurarse. Aquí podría incluirse también la forma de asignar y administrar los fondos.

En este proceso a la IFLA se la considera a menudo como muy burocrática, por lo que la introducción de cambios se ve como algo difícil y trabajoso. Uno de los objetivos principales del Grupo de Trabajo para la Revisión de los Estatutos y Normas de Procedimiento era mejorar la flexibilidad de la IFLA. Este objetivo también es aplicable al intentar mejorar las relaciones entre la IFLA, el ALP, la División 8 y las Oficinas Regionales.

5.2 Se debe dotar a las Oficinas Regionales de recursos humanos dedicados a las cuestiones relacionadas con la IFLA. Los objetivos de las Oficinas Regionales deben redefinirse para dar prioridad al desarrollo de las relaciones dentro de las distintas regiones. Esto se ha visto como un punto de partida muy importante para mejorar las actividades e intereses profesionales, primero dentro de las regiones y más tarde en la comunidad de la IFLA. Como ejemplo, es destacable el apoyo y asesoramiento prestado por la IFLA a la unificación de las asociaciones de bibliotecarios sudafricanos. Los miembros de la División 8 necesitan desempeñar un mayor papel de apoyo y defensa, pero esto sólo es posible si todas las partes implicadas comparten información y se comprometen a mejorar la situación de los profesionales tanto a nivel local como internacional.

6. FINANCIACIÓN

En la sección "Financiación del ALP, la División 8 y las Oficinas Regionales " ya se hizo una descripción de la financiación de la IFLA de estos grupos. En esta sección se describieron las procedencias de los fondos así como el porcentaje aproximado del presupuesto de la IFLA destinado a las actividades regionales. Como ya se mencionó existen numerosas sumas destinadas a los grupos regionales, ya sea procedentes directamente del presupuesto de la IFLA como de subvenciones generosamente concedidas por individuos o naciones. Intentar controlar cada una de estas fuentes de ingresos puede ser problemático. De hecho, una manera más eficaz de distribuir los fondos podría ser reunirlos en un único presupuesto hasta donde sea posible. Una sugerencia de cómo llevarlo a cabo sería el centralizar los fondos en la sede central de la IFLA. De esta forma, la IFLA y su tesorero podrían asumir la responsabilidad de distribuirlo y gestionarlo en colaboración con los grupos regionales y las juntas directiva y profesional.

7. EVALUACIÓN DE LA ESTRUCTURA ACTUAL

Las diferentes actividades de la División 8 han evolucionado a lo largo de los años y en algunos casos éstas se han convertido en algo tan automático que ya no se analizan para determinar su eficacia real. Para mejorar el programa es esencial que se realice una cierta evaluación que permita determinar lo que funciona, lo que no y cómo lograr una estructura más eficaz. A continuación se describen algunas de las cosas que deberían revisarse.

7.1 La financiación: Se necesita un análisis global de las fuentes de financiación de los programas llevados a cabo por los Comités Permanentes Regionales para facilitar y mejorar el desarrollo de las actividades. Como ya se ha mencionado anteriormente, la financiación de la División 8 procede de muy diversas fuentes. En parte debido a esto existe la impresión general de que la financiación de los grupos regionales es inadecuada. Si los fondos pudieran reunirse y administrarse desde un presupuesto único, se podría determinar más fácil y fielmente la verdadera financiación de los grupos regionales.

7.2 Evaluación de la eficacia de las reuniones y congresos: Aunque muchas reuniones y congresos puntuales se han celebrado en países patrocinados por la División 8, por varios programas básicos y por comités permanentes, no ha existido una evaluación real de los beneficios (tanto a corto como a largo plazo) de estos programas. Es necesario realizar algún tipo de evaluación para intentar determinar la eficacia tanto de los programas como de los acuerdos establecidos gracias a ellos. El reto más importante es determinar la continuidad de estos acuerdos y de estos programas.

7.3 Las percepciones de aislamiento: Ya hemos mencionado la preocupación existente acerca del efecto "gueto" producido, real o potencialmente, por el hecho de existir una división dedicada únicamente a las regiones geográficas. La comunidad de la IFLA insta a sus compañeros de las regiones para que nos asesoren de modo que todos podamos hablar de esto abierta y objetivamente sin adoptar posturas defensivas. La comunidad de la IFLA necesita comprender mejor las cuestiones e intereses que están detrás de nuestras percepciones. De este modo, se podrán desarrollar estrategias y tácticas que permitan mejorar el desarrollo profesional a niveles nacionales y subregionales a partir de una evaluación realista de las capacidades del Comité Permanente Regional.

8. RECOMENDACIONES Y PRÓXIMAS ACTUACIONES A LLEVAR A CABO

Como se ha mencionado anteriormente el Comité Asesor no recomienda la disolución de la División 8. De hecho, su recomendación básica es que la División 8, las Oficinas Regionales y el ALP asuman una parte importante de la responsabilidad en la identificación de sus necesidades y en la forma más eficaz de satisfacerlas dentro del seno de la IFLA. Para lograrlo, el Comité Asesor ha reunido una serie de recomendaciones de diversas procedencias y espera que la División 8, las Oficinas Regionales y el ALP incluyan estas ideas junto a las suyas propias a la hora de identificar los cambios que se deberían llevar a cabo. El Comité Asesor también espera que estos grupos, si así lo desean, aprovechen el conocimiento y la experiencia de la sede central de la IFLA y de la Federación para realizar cualquier cambio.

El Comité Asesor hace las siguientes recomendaciones:

Recomendación 1: Por ahora la División 8 no debería disolverse. En su lugar, esta División, el ALP, las Oficinas Regionales y la IFLA deberían trabajar conjuntamente para fomentar el desarrollo de los países que forman parte de los Grupos Regionales, con objeto de que participen más activamente en la IFLA, sirvan de punto de referencia y organicen actividades para mejorar las asociaciones de bibliotecarios y documentalistas, la formación y la profesión.

Recomendación 2: La División 8 y sus secciones, el ALP y las Oficinas Regionales deberían asumir un papel destacado en la identificación, definición y configuración de la estructura final. En este proceso debería evaluarse la organización actual de la IFLA, del ALP, de la División 8 y de las regiones y subregiones para determinar lo que funciona correctamente y lo que debería cambiarse. Asimismo, deberían reflexionar sobre su situación actual en la estructura de la IFLA con respecto a otras Divisiones, Comités y Programas Básicos.

PRÓXIMAS ACTUACIONES:

En la próxima reunión de octubre se aconseja que el ALP, las Oficinas Regionales y sus responsables (Presidentes y Secretarios) de la División 8 den prioridad a las discusiones sobre la futura estructura y las relaciones de estos grupos, tanto entre ellos como con la IFLA. El objetivo es que se identifiquen recomendaciones específicas que mejoren las relaciones de trabajo entre la División 8 y la comunidad de la IFLA. Recomendación 3: Como parte de esta cuestión, la División 8 debería estudiar las relaciones entre la IFLA, el ALP, otros Programas Básicos, la División 8, las Oficinas Regionales y el resto de las Divisiones de la IFLA para mejorar su comunicación y la coordinación de actividades. En este proceso proponemos las siguientes sugerencias. Potencialmente, esto podría significar una redefinición de quién puede ser miembro de la División 8.
  • Las sedes regionales y la División 8 deben asumir una mayor responsabilidad a la hora de comunicar sus actuaciones al resto de la comunidad de la IFLA. En las recomendaciones deben aparecer los mecanismos para conseguirlo de la forma más eficaz. Todo bibliotecario de la División 8 tendrá que aceptar la responsabilidad de comunicar sus acciones y de recibir opiniones de un amplio y diverso grupo de profesionales con una gran variedad de necesidades.
  • Se han sugerido diversos métodos para una mejor integración de los intereses de la División 8 en el resto de la IFLA. Entre ellos está el nombramiento de coordinadores de los comités de las Divisiones 1 a 7, dependiendo de las circunstancias para aumentar la comunicación, las experiencias y el apoyo entre las diferentes divisiones. Otra posibilidad es que los comités permanentes de la divisiones 1 a 7 reserven puestos especialmente para los miembros de la División 8. Esperamos que la División 8, las Oficinas Regionales y el ALP tengan en cuenta estas sugerencias a la hora de estudiar posbles nuevas estructuras.
  • Considerar la incorporación de las actividades del ALP a la sede de la IFLA para una mejor coordinación.
Recomendación 4: La División 8, en coordinación con el ALP y las Oficinas Regionales debería revisar las áreas geográficas definidas actualmente y hacer recomendaciones sobre si continúan siendo adecuadas, en caso de que no lo sean debería proponer una manera mejor de subdividir las regiones. Además, este grupo debería determinar sus prioridades económicas en relación con la asignación de fondos a las Oficinas Regionales para decidir si reforzar lo que ya existe o crear nuevas Oficinas Regionales.

PRÓXIMAS ACTUACIONES:

La responsabilidad de definir estas relaciones debería recaer principalmente en la División 8, las Oficinas Regionales y el ALP en coordinación con la sede de la IFLA y los miembros de las juntas directiva y profesional. La próxima reunión que tendrá lugar en Uppsala tras el congreso de la IFLA y los futuros congresos deberían utilizarse para alcanzar este objetivo. Ya se han hecho algunas sugerencias para fomentar, aumentar su número, incrementar el número de miembros del Comité Permanente de la División 8, etc.

Recomendación 5: La IFLA debería examinar y evaluar la financiación de la División 8 y de las Oficinas Regionales ya que de ella depende el desarrollo de las actividades. Como ya hemos mencionado anteriormente debe tenerse en cuenta el equilibrio con otros programas y actividades de la IFLA. Las recomendaciones a este respecto son:

  • La sede de la IFLA y su Tesorero deberían intentar consolidar el presupuesto (detallando las diferentes procedencias) para las actividades de los grupos regionales cuando sea posible. La IFLA deberá llevar a cabo un control más centralizado de la financiación del grupo regional, aumentando al mismo tiempo la comunicación con los grupos afectados y las juntas directiva y profesional.
  • Revisar las cuotas de las asociaciones e instituciones de países en vías de desarrollo así como estudiar las posibilidades para subvencionarlas.
  • Aumentar el presupuesto de los Comités Permanentes Regionales para la celebración de reuniones a mediados de año.
  • Desarrollar las Oficinas Regionales para aumentar la actividad y efectividad en sus regiones.
  • Establecer mecanismos que permitan una evaluación más realista de las contribuciones "en especie" hechas por la División 8. Cualquier financiación procedente de los programas básicos de la IFLA debería negociarse a partir de las contribuciones de los Comités Permanentes Regionales como estrategia para desarrollar acuerdos, compromisos y responsabilidades.

PRÓXIMAS ACTUACIONES:

La sede de la IFLA y su Tesorero podrían empezar a unificar las numerosas fuentes de financiación de las actividades regionales. Como resultado de este proceso podría llevarse a cabo una evaluación del balance final de los fondos destinados a los Comites Permanentes Regionales y a las Oficinas Regionales. Las decisiones futuras sobre el desembolso y gestión de estos fondos deberán ir estrechamente ligadas a cualquier recomendacion de reestructuración que se haga (véase la siguiente recomendación).

Las recomendaciones para efectuar cualquier reestructuración deberán examinarse desde una perspectiva de responsabilidad tanto financiera como fiscal. La División 8, los Grupos Regionales y el ALP deberán presentar peticiones de financiación que serán estudiadas por la sede de la IFLA, su tesorero y la Junta Profesional. Cualquier tipo de reorganización deberá identificar previamente sus costes adicionales además de incluir una evaluación de su viabilidad dentro de los límites presupuestarios de la IFLA.

Recomendación 6: Ampliar el número de miembros de los grupos regionales de forma que aumente el nivel de participación en la IFLA y que se amplíe el colectivo de posibles cargos. Las sugerencias a este respecto son:

  • Establecer un programa de aumento del número de socios destinado a las necesidades de los miembros de la IFLA de los países en vías de desarrollo. Tal programa debería concebirse teniendo como objetivo el que los miembros se beneficien realmente de ser socios, además de atraer a nuevos miembros y debería ponerse en práctica tanto in situ como a distancia, es decir, sin hacerlo depender de la posibilidad de acudir a los congresos. Su contenido debería incluir información sobre las habilidades profesionales exigidas para participar en los grupos profesionales de la IFLA, como por ejemplo, saber redactar solicitudes de subvenciones, saber investigar y preparar ponencias a congresos, saber hacer presentaciones orales, organizar reuniones, escribir actas. Ya existen algunos programas dedicados a tal fin como las sesiones para cargos de la IFLA y el seminario de Asia y Oceanía para la redacción de proyectos.
  • Además, un programa de este tipo con objeto de aumentar el número de socios también debería contemplar el desarrollo y fomento de asociaciones de bibliotecarios a nivel nacional y facilitar su continuidad a largo plazo.
  • Instituir programas de seminarios mejor coordinados y con una financiación más constante para el desarrollo de asociaciones de bibliotecarios como los realizados por las Secciones Regionales y la RTMLA (Mesa Redonda para la Gestión de Asociaciones de Bibliotecarios).
  • Apoyar las actividades más destacadas a nivel subregional de la División 8, que lleguen a más bibliotecarios a través de la colaboración con las asociaciones locales de bibliotecarios. Estas actividades deberían centrarse primordialmente en las necesidades locales una vez identificadas.
  • Aumentar de 10 a 20 el número de miembros del Comité Permanente de la División 8 como ocurre en otros comités permanentes de la IFLA.

Recomendación 7: La estructura de la División 8, del ALP y de las Oficinas Regionales debería seguir manteniéndose como hasta ahora por un periodo limitado de tiempo (por ejemplo, durante tres años) mientras se estudian estas sugerencias y se definen y preparan para llevar a cabo cualquier cambio. Una vez que se hayan producido los cambios, el comité asesor recomienda que se realice una evaluación tras un periodo predeterminado para reexaminar la estructura y determinar si deberían realizarse nuevos cambios.

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