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To Bangkok Conference programme

65th IFLA Council and General
Conference

Bangkok, Thailand,
August 20 - August 28, 1999


Code Number: 084-165(WS)-S
Division Number: I
Professional Group: University Libraries and other General Research Libraries: Workshop
Joint Meeting with: -
Meeting Number: 165
Simultaneous Interpretation:   No

La Biblioteca Universitaria y la Universidad copartícipes en el aprendizaje a distancia

Carolyn Argentati
Biblioteca de la Universidad Estatal de Carolina del Norte
Raleigh, Carolina del Norte, USA


Abstract

A medida que nos acercamos al año 2000, los cambios dramáticos en las tecnologías, en las comunicaciones y en el acceso a los recursos informativos están ofreciendo nuevas oportunidades para el aprendizaje continuado en prácticamente todas las disciplinas académicas y campos profesionales. En el momento presente, la demanda de educación a distancia y de aprendizaje continuado están aumentando con más rapidez de lo que lo están haciendo las instalaciones de la mayor parte de las Universidades para poder acoger a más estudiantes. Las experiencias de la Biblioteca de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en el desarrollo de servicios de educación a distancia constituyen un ejemplo de cómo afrontar el reto de ofrecer una información globalizadora y adaptada al usuario al mismo tiempo, y apoyo educativo para todos los estudiantes dentro y fuera del campus.


Paper

Antecedentes

Uno de los principios básicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte es la creencia de que la educación debe ofrecerse a los educandos más allá de las fronteras físicas del campus. Reconocida durante mucho tiempo como líder en ciencia, tecnología e ingeniería, Universidad estatal de Carolian del Norte posee una historia rica en relación con el aprendizaje continuo y a distancia que se remonta a los primeros años del siglo XX, cuando era conocida como Colegio Estatal de Carolina del Norte para la Agricultura y las Artes Mecánicas. En 1909 se fundó el Departamento de Extensión Agrícola para "trazar puentes entre el Colegio y la población rural" del Estado (1). A mediados de la década de los años 1920 la Universidad ya ofrecía cursos por correspondencia y cursos por créditos fuera del campus en todo el Estado. Se ofertaba una variedad importante de cursos en una amplia gama de disciplinas. Era la única Universidad en el mundo que ofrecía cursos por correspondencia en la rama textil. Lo mismo que para los cursos por correspondencia, los cursos por créditos fuera del campus se han venido impartiendo durante más de siete décadas.

En los años 1970 la instrucción por televisión usando la tecnología de los videocasetes jugó un papel importante en el suministro de actividades de educación continua a los empleados de las empresas e industrias de Carolina del Norte, especialmente las textiles y de ingeniería. La Escuela de Ingeniería estableció un programa llamado VBEE (Educación en Ingeniería Basada en Videos) que atrajo un gran número de inscripciones, y este programa más tarde ampliaría sus mecanismos de impartición de docencia hasta incluir la transmisión vía satélite y el video interactivo basado en Internet.

En los últimos años 1980, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales comenzó a ofrecer cursos a través de la televisión por cable. Basándose en el éxito de este programa, en 1990 la Universidad estableció la Oficina de Telecomunicaciones para la Enseñanza (OIT), dedicada a colaborar con el profesorado de toda la Universidad para desarrollar y ofrecer cursos en una gran gama de temas y con una gran variedad de formatos de enseñanza.

Sin embargo, la mayor parte de los cursos de educación a distancia ofrecidos con anterioridad a 1998 eran financiados y administrados con separación total respecto de los principales planes de estudios para la enseñanza presencial en el campus. Muy pocos programas de graduado eran accesibles en su integridad a los estudiantes no presenciales. Se daban procesos separados para los servicios a los estudiantes y unas infraestructuras mínimas que no permitían ni potenciaban la implicación de los bibliotecarios y de los recursos de la biblioteca en el apoyo a los profesores y estudiantes a distancia. A este respecto, la Universidad estatal de Carolina del Norte no era única. Una valoración de las necesidades de los estudiantes a distancia llevada a cabo en 1995 por la Biblioteca de la Universidad de Minnesota reveló que

"tanto los estudiantes como el profesorado tienden a evitar aquellas circunstancias que requieren el uso de recursos bibliotecarios. Las conclusiones más perturbadoras de este estudio muestran que la mayor parte de los alumnos a distancia planifican un acceso limitado a los recursos y servicios bibliotecarios (63%); la mayor parte de los profesores dan por sentado que sus alumnos tendrán menos acceso a los recursos bibliotecarios que si estuvieran matriculados en un curso de enseñanza presencial (76%); [y] algunos profesores desprograman trabajos específicos de curso porque asumen que hay una falta de acceso a los recursos bibliotecarios (20%)...

Se recibieron comentarios por escrito de estudiantes a distancia, como por ejemplo: "Una de las razones por las que elegí este curso fue porque no requería la utilización de la biblioteca"..." (2)

Sin embargo, esta situación estaba a punto de cambiar. En ese mismo año, 1995, en un informe de un grupo de trabajo titulado "Alcanzando la última milla: educación a distancia en la Universidad Estatal de Carolina del Norte" se afirmaba que

"muchos practicantes de la educación a distancia están en la cresta de la ola de las nuevas tecnologías de la información que están transformando la manera en que el conocimiento se reúne, almacena, asimila y procesa, y -lo que resulta más significativo para la educación superior- las vías a través de las cuales el conocimiento se intercambia y distribuye por todo el mundo. Por primera vez en la historia, la educación a distancia se halla a la cabeza de la innovación educativa". (3)

Este informe recomendaba que "resultaría muy constructivo para la biblioteca designar a una persona como contacto para la educación a distancia que se familiarice con las circunstancias y problemas específicos de los estudiantes no presenciales y que pueda desarrollar sistemas en apoyo de estos estudiantes". (4) Hoy en día esta visión se está haciendo realidad en bibliotecas e instituciones a todo lo largo y ancho de los Estados Unidos, y la Biblioteca de la Universidad Estatal de Carolina del Norte está preparada para emerger como líder entre ellas.

La enseñanza a distancia entra en la corriente principal

Los desarrollos tecnológicos ocurridos durante los últimos cinco o seis años, sobre todo Internet y la WWW, han ampliado la gama de oportunidades para que las Universidades lleguen a los estudiantes a distancia y ofrezcan cada vez más experiencias de aprendizaje interactivo. Al mismo tiempo se observa cada vez con más amplitud que la demanda por el "mercado" del aprendizaje continuo de educación e información está creciendo muy seriamente. (5) La economía global de la Era de la Información y su entorno laboral competitivo, junto con factores demográficos, están dirigiendo estas tendencias, y la enseñanza superior debe responder. Las instituciones tendrán que demostrar que las experiencias de educación a distancia que ellas ofertan casan con las competencias que requiere el mercado laboral, y el pensamiento crítico y las habilidades para la información entre los estudiantes serán parte de los atributos más vitales (6) .

En la Universidad Estatal de Carolina del Norte el cambio ha ocurrido por etapas y ha favorecido nuevas relaciones y asociaciones entre profesores, gestores, bibliotecarios, personal técnico y estudiantes. Desde 1994-96, el "Proyecto de formación de pregrado rica en información y dirigida por el estudiante" ha venido explorando la forma en que profesores y bibliotecarios podrían "preparar el terreno" para experiencias de aprendizaje utilizando los recursos de información en red para estimular el interés del alumno y las actividades del aula en grupo que la tecnología facilita. En el verano de 1997, una iniciativa conocida como "Proyecto 25" financió a un grupo de profesores "pioneros" para que profundizaran en el desarrollo e impartición de cursos por medio de la WWW. Uno de los objetivos de este proyecto era el de descubrir algunos de los beneficios y retos de la utilización de la WWW como instrumento primario para la enseñanza y el aprendizaje. Otro objetivo era el de conseguir tener 25 cursos "en línea" preparados para ser impartidos en el otoño de 1997. El Proyecto 25 supuso un ímpetu para organizar el apoyo en toda la Universidad a las actividades de tecnología educativa. Se creó un Servicio de Tecnologías para el Aprendizaje (LTS), con un equipo de personas compuesto de bibliotecarios e informáticos, para ofertar experiencia en diseño educativo, programación, gráficos, y la integración de la información en la instrucción. La Biblioteca puso el espacio para el LTS dentro del Centro de Aprendizaje e Investigación para la Era Digital (LRCDA), una serie de iniciativas en apoyo del profesorado ubicadas en el segundo piso de la biblioteca central.

Un informe reciente del Comité de Telecomunicaciones y Ciencias de las Computadoras del Consejo Nacional para la Investigación y otros describe el proceso de cómo Lograr fluidez en las tecnologías de la información, que es contemplado como más amplio que el de "alfabetización" en información o en computadoras. Desarrollar la fluidez es un proceso de aprendizaje continuado que exige que las personas adquieran una comprensión profunda de la tecnología para interactuar con la información, la comunicación y la solución de problemas, y que continuamente se basen en ese conocimiento. (7) El Proyecto 25 ofreció una oportunidad única a todos los participantes de examinar, probar y desarrollar su propia fluidez, puesto que los bibliotecarios y los informáticos colaboraron en el desarrollo de seminarios de actualización del profesorado y de los asistentes postgraduados para formarse en nuevas habilidades técnicas y hacerse conscientes de la riqueza de recursos de información disponibles para ser integrados en sus propios cursos y asignaturas. Además, un bibliotecario encargado de la Comunicación Científica que se había incorporado recientemente al LRCDA ofertó seminarios y consultoría sobre temas de propiedad intelectual y derechos de autor tal y como se aplican en la educación en línea y a distancia. Otro elemento del LRCDA es el Centro del Profesorado para el Aprendizaje de la Enseñanza, que coordinó seminarios sobre la "Conexión entre Tecnología y Pedagogía".

Tal y como Hannelore Rader observó durante la Conferencia General de la IFLA en 1998, "hay una gran presión sobre el profesorado para que aumenten su productividad y cambien sus estrategias educativas. Tales demandas de reorientación en la academia resultarán difíciles y también se llevarán su tiempo. Pero se pueden conseguir si se utilizan verdaderos equipos educativos... que incluyan representantes del profesorado, de las tecnologías, de los bibliotecarios y de la pedagogía". (8) Rader pasa a sugerir que "los bibliotecarios están en una posición única para convertirse en socios del profesorado en la reforma de los planes de estudios y en el logro del aprendizaje basado en los recursos para los estudiantes", y "para tener éxito, los bibliotecarios tienen que estar alerta, ser creativos y estar informados sobre lo que está ocurriendo en sus Universidades". (9) Y lo que está ocurriendo es que el plan de estudios de la Universidad se está transformando para incorporar una gran riqueza de opciones para el "acceso flexible" y el aprendizaje "independiente de tiempo y lugar".

A finales de 1998, tras el éxito del Proyecto 25 y demás iniciativas similares, La Universidad Estatal de Carolina del Norte y las otras 15 Universidades del Estado recibieron una importante financiación por ley para "cursos relacionados con titulaciones académicas ofrecidos fuera de los campus de las respectivas instituciones". (10) El legislativo también estableció que los cursos de educación a distancia deberían ser equivalentes en calidad a los impartidos dentro del campus. Estos fondos y recursos están consiguiendo la integración de la educación a distancia dentro de la estrategia educativa principal de la Universidad. Se están planificando y desarrollando programas de titulaciones completas en disciplinas de importancia única para colmar las necesidades de los estudiantes no presenciales, y los servicios de apoyo a esos estudiantes se están potenciando en consecuencia.

Tal y como ha sido notado recientemente por bibliotecarios de la Johns Hopkins University, "todas estas cuestiones de política y de planificación pueden llegar a tener un impacto directo sobre la capacidad de las Universidades para acometer con coherencia el despliegue de la enseñanza a distancia... Está claro que las bibliotecas deben promover y formar parte de los rigurosos esfuerzos de planificación y desarrollo". (11) En la Universidad estatal de Carolina del Norte, los recursos y servicios de la biblioteca están siendo contemplados como parte integrante de la estrategia educativa global, y los bibliotecarios han participado en muchos comités de campus encargados de establecer una visión de futuro para la educación a distancia a la luz de las estimaciones de matriculación, de los requisitos de los servicios a los estudiantes, y del apoyo y desarrollo del profesorado.

Servicios bibliotecarios para el aprendizaje a distancia

Mientras las Universidades en general se han preocupado por ampliar sus capacidades para ofertar formación flexible e interactiva a nuevas y diversificadas comunidades de estudiantes, las bibliotecas se han estado construyendo unos pilares fuertes de recursos, tecnologías y servicios para apoyar y añadir valor a esa instrucción. Los bibliotecarios tienen mucho con lo que contribuir al aprendizaje continuo en el actual entorno electrónico. Por ejemplo, muchas de las iniciativas desarrolladas por las bibliotecas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte durante los últimos años son directamente aplicables a los servicios de educación a distancia por sí mismos:

  • creación del Departamento de Iniciativas para la Biblioteca Digital, unidad centrada en la investigación y desarrollo de recursos y herramientas electrónicas;
  • desarrollo de un tutorial autoguiado y accesible desde la página web, Instrucción básica en línea sobre la Biblioteca (LOBO), para enseñar las habilidades de investigación a los nuevos estudiantes de pregrado;
  • aplicación de un sistema electrónico de reserva;
  • contratación de un bibliotecario para los Servicios de Datos Numéricos y Espaciales, en apoyo del Sistema de Información Geográfica (GIS) y otras aplicaciones basadas en gran cantidad de series numéricas
  • diseño de un "portal" de la página web adaptado a los usuarios, MyLibrary@NC State;
  • servicio de referencia las 24 horas del día, en persona, por teléfono, o por correo electrónico;
  • ampliación de la colección de bases de datos en línea y disponibilidad de libros y revistas electrónicas en texto completo en todas las áreas temáticas; y
  • acceso a los recursos en red desde fuera del campus por medio de un sistema de identificación de usuarios.

Además, las bibliotecas han contribuido significativamente a la planificación y aplicación efectiva del NCLIVE (Bibliotecas de Carolina del Norte por la Educación Virtual), un sistema por el que las bibliotecas universitarias y las públicas de toda Carolina del Norte sirven como puntos de acceso a una colección compartida de los recursos de información en línea, incluyendo enciclopedias, índices y fuentes a texto completo. Véase la página web de la biblioteca de la Universidad Estatal de Carolina del Norte para más detalles sobre cualquiera de estas iniciativas. (12)

El principio de equidad en los servicios para alumnos presenciales y no presenciales siempre resulta resaltadao entre los requisitos de las agencias legislativas, de financiación y de revisión y evaluación, así como en la literatura profesional de las bibliotecas. Afortunadamente, los servicios que cubren y anticipan las necesidades de los estudiantes presenciales es probable que resulten útiles igualmente para los estudiantes no presenciales, y los que se desarrollen específicamente como independientes de tiempo y lugar terminarán también por beneficiar a los estudiantes presenciales. Muchos bibliotecarios y educadores creen que las distinciones entre estudiantes "regulares" y a distancia irá disminuyendo con el tiempo. Para el futuro inmediato, sin embargo, y para poder ofrecer un liderazgo bien centrado a la hora de determinar las necesidades de los usuarios y de conformar políticas y prácticas que den respuestas, la biblioteca de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha establecido varios puestos de trabajo del personal dedicados a desarrollar servicios globales para los alumnos no presenciales. Estos servicios se desarrollarán de forma concertada con las demás funciones principales de la biblioteca, con el fin último de conseguir la "integración en la corriente principal" en consonancia con la visión de la Universidad. Estos puestos de trabajo nuevos incluyen al Director de los servicios para la educación a distancia, un bibliotecario de referencia con responsabilidades sobre la conexión con el grupo de estudiantes, un especialista en el desarrollo de la colección y de los recursos, y un especialista en tecnologías de la información.

Otro principio fundamental que guía los esfuerzos de la Biblioteca Universitaria es el reconocimiento de que la tecnología e incluso el contenido por sí mismos no pueden ser sustitutos totales de la interacción humana en los procesos de enseñanza, aprendizaje y búsqueda de la información. A medida que vamos ofreciendo cada vez más colecciones electrónicas amplias y complejas, debemos hacer llegar a profesorado y a estudiantes que la búsqueda de una ayuda personalizada sigue siendo una opción, y que los bibliotecarios están disponibles para responder con prontitud, quizás incluso en tiempo real. Afortunadamente, los alumnos no presenciales se están acostumbrando a comunicarse con sus profesores por medio del correo electrónico y otras tecnologías. Deberían ser conscientes de que el contacto con un bibliotecario es posible también a través de los medios más convenientes para ellos, ya sea el teléfono, el fax, el correo electrónico, la videoconferencia, la conversación electrónica en tiempo real, los acuerdos de cooperación con las bibliotecas públicas locales, o incluso traslados periódicos de personal de la biblioteca a zonas geográficas dispersas si es posible. Los materiales promocionales y las páginas WWW que den información sobre los servicios para la educación a distancia no se ceñirán a dar simplemente una dirección de red sino que incluirán todas las vías alternativas de contacto que la biblioteca puede ofrecer.

Existen numerosos ejemplos de sitios WWW de bibliotecas donde se enumeran servicios específicos de apoyo a los estudiantes no presenciales, y todos ellos permiten al personal de las bibliotecas tomar en consideración las soluciones y los éxitos de otras instituciones a la hora de formular sus planes y políticas al respecto. Una colección particularmente útil tanto de literatura especializada como de enlaces a otras bibliotecas es la llamada "Apoyo de la biblioteca a la educación a distancia", de Bernie Sloan (13) . Un análisis del panorama actual indica que los servicios bibliotecarios en apoyo de la educación a distancia pueden organizarse en torno a cuatro categorías principales:

  • servicios educativos: entrenamiento, para estudiantes y profesores, en tecnologías educativas, habilidades para la investigación, tanto genéricas como específicas para diferentes disciplinas, técnicas de búsqueda en bases de datos, etc. Manuales y guías de consulta individualizada, tanto en papel como en formato electrónico.
  • conexión y comunicación con el profesorado: comunicación y marketing continuo; mediante la conexión con la educación a distancia se puede poner en relación al profesorado con los especialistas temáticos de la biblioteca para favorecer la integración de la información de la biblioteca en los materiales de las asignaturas; el personal de la biblioteca puede buscar una asociación más profunda para determinadas asignaturas. El conocimiento y la implicación del profesorado resulta crítico, puesto que son el principal canal de comunicación con el estudiante a distancia.
  • acceso a los recursos de información: asegurándose de que las necesidades del estudiante no presencial se cubren tanto en la selección de los recursos como en el modo de acceso; ofreciendo una entrega rápida de los materiales, tanto impresos como electrónicos, que se solicitan; utilización de la reserva electrónica.
  • servicios de referencia y consulta: manteniendo una variedad de modos de comunicación y de "horas de apertura" más amplia; explorando las ventajas de las nuevas tecnologías para la interactividad; tratando de conseguir acuerdos de cooperación con bibliotecas de cualquier tipo próximas al domicilio del estudiante.

La Biblioteca de la Universidad del Estado de Carolina del Norte ha desarrollado una página WWW y un conjunto de servicios para los estudiantes no presenciales que incorporan todas estas actividades y resultan lo bastante flexibles como para permitir una evolución continua (14) . Los programas de aprendizaje externo y los cursos de acceso flexible continuarán ampliándose y terminarán integrándose dentro de la práctica educativa regular de la Universidad, sirviendo a una población estudiantil diversa que tiene necesidades complejas de conocimiento y de habilidades, problemas únicos de lugar de trabajo y de circunstancias personales, y gran diversidad en el acceso y uso de las tecnologías. En este medio dinámico, la Biblioteca de la Universidad del Estado de Carolina del Norte se ha comprometido a ofrecer una gran gama de servicios y recursos de información de gran calidad y orientados al usuario en apoyo de todos los estilos de aprendizaje y modelos educativos.

Conclusión.

Las iniciativas sobre educación a distancia más efectivas y sostenibles se guían por una visión que combina la rápida adopción de tecnologías innovadoras con los más firmes y sanos principios pedagógicos. La Biblioteca de la Universidad del Estado de Carolina del Norte ofrece un ejemplo de cómo convertirse en socio y líder del apoyo de la Universidad a la educación continua y a distancia, tratando de potenciar la experiencia de aprendizaje y de facilitar la interacción entre estudiante, profesor, bibliotecario, contenido del curso y recursos de información. Los bibliotecarios pueden aprovechar las oportunidades actuales y futuras para diseñar servicios creativos a la educación a distancia, no sólo para compartir conocimientos sino para promover la expansión de la ilustración.

Referencias.

1. David A. Lockmiller, History of the North Carolina State College of Agriculture and Engineering of the University of North Carolina, 1889-1939. Raleigh, North Carolina: General Alumni Association, 1939, p. 105.

2. Reaching the Last Mile: Distance Education at North Carolina State University. Raleigh, North Carolina: North Carolina State University, June 1995, p. 5.

3. "From the Margins to the Mainstream: Developing Library Support for Distance Learning", LibraryLine 8 (4), May 1997, p. 2. Disponible en: http://www.lib.umn.edu/pubs/LibLine/Llvol8no4.html.

4. Reaching the Last Mile, p. 23.

5. Maryhelen Jones, "Future Fast Forward: Libraries and Distance Education", Distance Education in a Print and Electronic World: Emerging Roles for Libraries, Proceedings of the OCLC Symposium, ALA Midwinter Conference, New Orleans, Louisiana, January 1998, p. 2. Disponible en : http://www.oclc.org/oclc/man/10256dis/index.htm.

6. Jones, p. 4.

7. Being Fluent with Information Technology. Washington, D.C.: National Academy Press, 1999. Disponible en: http://www.nap.edu/readingroom/books/BeFIT/.

8. Hannelore B. Rader, "Faculty-librarian collaboration in building the curriculum for the millennium - the U.S. experience", 64th IFLA General Conference, August 1998, p.3. Disponible en: http://archive.ifla.org/IV/ifla64/040-112e.htm.

9. Rader, p. 3.

10. 1998 North Carolina Session Laws, Ch. 212, Sec. 11.7.

11. Elizabeth E. Kirk & Andrea M. Bartelstein, "Libraries Close in on Distance Education", Library Journal, 124 (6), April 1, 1999, p. 41.

12. NCSU Libraries, ver http://www.lib.ncsu.edu.

13. Bernie Sloan, "Library Support for Distance Learning". Disponible en: http://www.lis.uiuc.edu/~sloan/libdist.htm.

14. NCSU Libraries Distance Learning Education Services, ver http://www.lib.ncsu.edu/risd/distance/.

(Traducción de Cristóbal Pasadas Ureña, Biblioteca, Facultad de Psicología, Universidad de Granada (España) y miembro del Comité Permanente de la IFLA para Bibliotecas Universitarias y Otras Bibliotecas de Investigación)

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Latest Revision: October 5, 1999 Copyright © 1995-2000
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