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To Bangkok Conference programme

65th IFLA Council and General
Conference

Bangkok, Thailand,
August 20 - August 28, 1999


Code Number: 083-121-S
Division Number: III
Professional Group: Libraries for the Blind
Joint Meeting with: -
Meeting Number: 121
Simultaneous Interpretation:   Yes

Libros braille para niños ciegos - mucho más que sies puntos

Norma Toucedo
Fundación Braille
Montevideo, Uruguay


Paper

Ya la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Impedidos, del 9 de diciembre de 1975, hace referencia en su Art. VI, a la educación como la "forma de asegurar el aprovechamiento máximo de las facultades y aptitudes del individuo y de acelerar su proceso de integración o reintegración social".

Estudios realizados en países como Canadá, Estados Unidos, Suecia y el Reino Unido, permiten reconocer una notoria correlación entre alfabetización, educación y bienestar social: a mayor habilidad lectora, mayores posibilidades de obtener un empleo o de acceder a mayores niveles de enseñanza.

El Comité de Alfabetización de la UMC reconoce al braille como el único e insustituible sistema de lectoescritura para las personas ciegas, como su principal herramienta de comunicación y acceso a la información. Las pautas preparadas por IFLA/SLB como guía para el servicio de las bibliotecas a usuarios de braille, subrayan que debe darse al braille la misma prevalencia y tratamiento que se da a la escritura en tinta.

Sin embargo, ha sido fruto de muchas inquietudes y preocupaciones en múltiples foros regionales e internacionales, el descenso en el nivel de conocimiento y utilización del sistema braille. Sin duda, muchas podrían ser las causas, seguramente muchas más de las que vamos a intentar abarcar hoy en estos apuntes:

  • La fascinación producida por las nuevas tecnologías, especialmente en aquellos que por múltiples razones no pueden o no saben utilizarlas correcta y cotidianamente, genera ilusiones casi mágicas en cuanto a lo que podría lograrse de ser posible entrar en ese universo percibido como tan lejano y "misterioso". Entonces, demasiadas veces quizás, padres, maestros y autoridades esparcen y estimulan la imagen de un sistema braille que pudo haber sido útil en algún momento, quién sabe, pero que irremediablemente ha de dejar su lugar a las innovaciones de los tiempos modernos.

Pero todos quienes adhieren, consciente o inconscientemente a esta postura, no reparan en el hecho incontrastable de que las nuevas tecnologías no han podido sustituir a la escritura tampoco entre quienes ven, aún cuando muchos de ellos apuesten más a las imágenes que a las palabras, cosa que, naturalmente, ninguna persona discapacitada visual podrá hacer, aunque así lo quisiera. El hecho es que ni la tecnología ni las grabaciones u otras formas auditivas de acceso a la información impresa, son aceptables como sustitutos de la habilidad de leer y escribir, ni para los ciegos ni para las personas que ven.

  • Muy vinculado a lo anterior, no podría decir si como causa o consecuencia, observamos cómo se entrelaza este descreimiento con la falta de formación adecuada de docentes, bibliotecarios y demás involucrados en la alfabetización y educación de los niños ciegos. Demasiadas veces se enseña el sistema braille apelando a concepciones mecanicistas, analíticas y parcializadoras del sentido del tacto, concepciones que son más resultado de la teoría que de la practica experimental. Es entonces que leer se convierte en un acto de desciframiento, cansador y tedioso y sólo aquellos niños muy motivados por su entorno familiar o muy inteligentes y curiosos pueden seguir solos el camino hacia la comprensión globalizadora y el encadenamiento de ideas que supone la lectoescritura. Demasiadas veces se olvidan las premisas básicas del aprestamiento braille, que no es otra cosa que el entrenamiento del sentido del tacto para que pueda ir más allá de la pobre función que nuestra cultura actual le ha asignado y estimularlo a pasar de la combinación más o menos caprichosa de los puntos a la forma de una letra o palabra, de la parte al todo, del simple acto de reconocer un objeto hacia la apertura del símbolo escrito...

  • Otras muchas veces, aún un buen aprendizaje no rinde los frutos esperados; nos encontramos entonces con aquellas personas a las cuales solemos llamar analfabetas funcionales, porque han perdido el gusto y la práctica de aquello que alguna vez aprendieron.

Y ahora bien: Cuáles podrían ser las vías para resolver o al menos comenzar a modificar estas situaciones, de conciliar tantas paradojas.

  • Es imprescindible emprender con seriedad y urgencia la tarea de establecer y unificar hasta donde sea posible los criterios de formación docente, pero esto excede con mucho el tema del que debemos ocuparnos en este trabajo.

  • Empezar a cambiar la situación actual también requiere de otros instrumentos, como son la disponibilidad de materiales en braille para ayudar a combatir el ya mencionado analfabetismo funcional. La escasez de recursos económicos juega aquí un rol fundamental. Recordemos que, tal como lo expresa E. Elissalde, 9 países concentran el 75.2% de los analfabetos en el mundo y precisamente 8 de estos países son los más pobres del mundo, de acuerdo a la clasificación del Banco Mundial. También en estas naciones se registra la tasa más alta de analfabetismo, poniéndose así claramente de manifiesto el significado de tan trágica coincidencia. El 90% de los analfabetos del mundo vive en los países en desarrollo, así cómo también el 80% de los discapacitados visuales. En muchos países pobres de Asia y de Africa, el 95% de los niños ciegos no van a la escuela; la enseñanza para ellos no es obligatoria y de hecho no existen escuelas en amplias áreas rurales.

La cooperación internacional sigue siendo una llave fundamental para romper este terrible círculo y lograr alcanzar soluciones al mismo tiempo realistas y accesibles. Así también el trabajo coordinado de las organizaciones locales, nacionales, regionales o de áreas lingüísticas, la realización de catálogos colectivos, la estandarización de la producción braille, de modo que se facilite el intercambio del material en soportes informáticos y la impresión local, etc.

  • Pero adema s de la disponibilidad de materiales en braille, estos deben ser adecuados. Y qué queremos significar con esta expresión?

Por una parte, los contenidos de los libros, especialmente cuando éstos han de ser utilizados para la alfabetización y postalfabetización de niños, debe reflejar, de alguna manera, cada realidad geográfica y cultural.

Por otro lado, nos referimos a ediciones cuidadas y atractivas, las cuales puedan atender a algo más que cuestiones de simple transcripción. Existen criterios estéticos que deben tenerse en cuenta en la preparación de un libro destinado a la percepción táctil, pero esto que debería resultar obvio a estas alturas, no lo es tanto en la practica. Y si siempre el buen diseño de una publicación es deseable, es a todas luces imprescindible si nos referimos a la lectura infantil, con la cual estamos poniendo las bases definitivas de una buena alfabetización y afianzando el hábito lector y la comprensión activa.

En este sentido, creemos que deben cuidarse especialmente factores como el tamaño de la página braille, la unidad semántica de la misma, la introducción progresiva del uso de la doble faz de la hoja, la disminución gradual de la distancia interlínea, etc.

Siempre que sea posible, deberían incluirse elementos perceptibles para otros sentidos (aromas, sonidos y, por qué no, también sabores) u otras texturas y formatos que puedan ampliar y enriquecer la experiencia táctil. A la hora de elegir este tipo de elementos, no se debe apuntar a reemplazar la experiencia directa y cotidiana del niño en contacto con la realidad, sino a la mayor fijación de lo aprendido mediante una percepción más rica y ejercida de forma más global y placentera.

No se nos escapa, por cierto, lo costoso que todo esto puede llegar a ser, no sólo o no tanto por los materiales que puedan ser necesarios, sino por el tiempo que exige un trabajo casi artesanal y el que debería insumir la capacitación previa y las pruebas de campo muchas veces realmente útiles en estos casos. Sin embargo, no será siempre necesario incluir todos los recursos editoriales en la actitud frente a la preparación de una publicación, especialmente cuando esta va dirigida a los niños. Es necesario pasar de la transcripción a la adaptación, y utilizar los a veces muy escasos recursos disponibles de forma imaginativa y audaz. Cuando, por ejemplo, se descuida la distribución del espacio en un libro braille, es posible, tal vez, ahorrar algo de papel, materia prima muy cara o difícil de conseguir en algunos países en desarrollo, pero esto también puede estar ayudando a malograr una inversión de futuro mucho más importante, que es siempre aquella que se realiza en los recursos humanos.

La inclusión de personas ciegas en los equipos de producción de materiales braille y el trabajo conjunto y coordinado con los agentes educativos implicados, puede ser fundamental a la hora de decidir qué cosas son apropiadas y útiles para la percepción táctil en su acceso a la lectoescritura.

Más allá de las lamentables barreras económicas que enfrenta la gran mayoría de las personas ciegas que viven en el tercer mundo, es posible ahora para quienes no vemos, acceder a Internet; es posible leer en línea o desde nuestro PC, apelando a un sintetizador de voz a un display braille. Los libros híbridos pondrán muy pronto a nuestro alcance publicaciones accesibles, desde el mismo soporte, en audio real, síntesis de voz y braille, a elección del usuario. Pero la única forma de que sea precisa y realmente útil al usuario ciego quien ejerza esta opción, según sus necesidades y circunstancias, será brindándole los elementos para hacerla, desde la más básica alfabetización.

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Latest Revision: June 10, 1999 Copyright © 1995-2000
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