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To Bangkok Conference programme

65th IFLA Council and General
Conference

Bangkok, Thailand,
August 20 - August 28, 1999


Code Number: 046-132-S
Division Number: III
Professional Group: Libraries Serving Disadvantaged Persons
Joint Meeting with: -
Meeting Number: 132
Simultaneous Interpretation:   No

Se necesitan Bibliotecarios de Prisiones: Una profesión estimulante para personas con las destrezas personales y profesionales adecuadas

Vibeke Lehmann
Servicios Bibliotecarios
Departamento de Rehabilitación de Delincuentes de Wisconsin
Madison, Wisconsin, USA


Abstract

El artículo examina la historia y funciones de las bibliotecas de prisiones en Norteamérica y Europa. Se describen las semejanzas y diferencias entre las bibliotecas públicas y las de prisiones. Se destacan las necesidades de información y el interés por la lectura de los presos y se hace referencia a las normas y directrices internacionales y nacionales sobre las bibliotecas de prisiones. El autor también considera la titulación y los requisitos humanos que se necesitan para ser un buen bibliotecario de prisiones y explica las dificultades y satisfacciones inherentes a esta profesión poco tradicional.


Paper

Antecedentes históricos de las bibliotecas de prisiones y sus usuarios

Generalmente los presos tienen el mismo interés por la lectura y las mismas necesidades de información que las personas libres; sin embargo, se pueden considerar como marginados por el mero hecho de que no tienen acceso físico a las bibliotecas del exterior. Los datos demográficos muestran que están aún más marginados por el nivel desproporcionadamente alto de analfabetismo, la falta de educación, poca destreza profesional y una alta tasa de trastornos mentales e inestabilidad emocional. Este es el caso de Norteamérica y Europa Occidental, las áreas geográficas con las que el autor está más familiarizado.

Se han publicado muy pocas investigaciones sobre la naturaleza y alcance de las bibliotecas de prisiones en otras partes del mundo, por lo que las generalizaciones y conclusiones que se hacen en este artículo son válidas principalmente para la situación de los Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental. En estos países la mayoría de las prisiones ofrecen acceso a los materiales de lectura con fines de ocio, educativos e informativos y muchas han creado bibliotecas que funcionan como las bibliotecas públicas o como una mezcla de biblioteca pública y escolar. Sólo en los Estados Unidos hay más de 900 bibliotecas en correccionales (prisiones) del gobierno estatal o federal, además de cientos de otro tipo de servicios bibliotecarios en las cárceles locales y centros de detención.

Se ha progresado bastante en las últimas tres décadas en Norteamérica y Europa en relación con la dotación de una plantilla profesional para las bibliotecas de prisiones, principalmente por el esfuerzo de las asociaciones de bibliotecas nacionales, organismos estatales de coordinación de bibliotecas, redes de bibliotecas públicas y las instituciones académicas. El cuanto al modelo de gobierno, las bibliotecas de prisiones pueden ser un servicio contratado entre las bibliotecas públicas y/o instituciones de enseñanza superior, depender únicamente de la autoridad de la prisión o funcionar mediante acuerdos formales o informales con grupos de voluntarios. No es raro que se combinen estos tres métodos en la misma institución. Independientemente de la financiación y de la procedencia de la plantilla, el bibliotecario que decide trabajar en la prisión se enfrenta a retos muy especiales. Antes de examinar los factores profesionales y humanos que determinan si un bibliotecario puede trabajar eficazmente y tener éxito en el entorno de la prisión, es aconsejable examinar los objetivos actuales de la prisión, el tamaño y composición de los grupos de presos y las necesidades de los reclusos y del personal de la prisión que la biblioteca puede satisfacer.

Con el paso del tiempo, el mundo occidental ha visto cambiar la filosofía de lo que constituye la naturaleza y el fin del encarcelamiento en la sociedad. En la actualidad todavía hay una gran diferencia entre las naciones sobre este tema, un hecho que se refleja en la gran variación de sus tasas de encarcelamiento. Se ha oscilado entre el énfasis en la reinserción y el castigo/pago. Hoy día, la mayoría de las naciones occidentales intentan conseguir un equilibrio entre la reinserción del delincuente y la seguridad pública. Recientemente, el concepto de "justicia restauradora" (devolverle al delincuente su dignidad) ha comenzado a influir en los programas de las prisiones. La reinserción, es decir preparar al delincuente para que trabaje productivamente en la sociedad como un ciudadano honrado sociedad, es muy costoso y programas como la educación académica y profesional, el tratamiento por el consumo de drogas y alcohol y los servicios sicológicos y sociales normalmente se ven perjudicados cuando aumenta la tasa de encarcelamiento. En la actualidad, los Estados Unidos tiene la dudosa distinción de haber duplicado su tasa de encarcelamiento en la década de 1985-95, aunque las tasas de delincuencia han permanecido casi invariables. De acuerdo con la información de la Oficina Americana de Estadísticas de los Juzgados, la tasa de encarcelamiento es de 600 por cada 100.000 habitantes, sólo superada por Rusia con 690. En cambio, la tasa de encarcelamiento en Escandinavia es de 62, la de Los Países Bajos de 65, la de Alemania de 85, la de España de 105 y la de Japón de 37. Con una población reclusa total de más de 1.5 millones de personas, los Estados Unidos han experimentado un importante boom en la construcción de prisiones durante los últimos quince años. La mayoría de estas nuevas instalaciones incluyen una biblioteca con materiales de interés general y colecciones legales. Se han creado cientos de nuevos puestos de trabajo para bibliotecarios de prisiones y personal de apoyo, pero la oferta de candidatos cualificados no se ha mantenido a la par que la demanda.

Los bibliotecarios trabajan en instituciones para adultos y jóvenes y sus usuarios varían en edad desde los colegiales a los ancianos. En los Estados Unidos, el grupo de presos de mayor crecimiento es el de los ancianos, principalmente por las sentencias cada vez más largas, el uso menos frecuente de la libertad provisional y el mayor porcentaje de presos que son delincuentes violentos. Debido a la aglomeración, es más probable que se supervise a los delincuentes que no son violentos en un entorno menos restrictivo. La tasa de encarcelamiento de minorías raciales o étnicas es desproporcionalmente alta y está creciendo el porcentaje de presos de habla no inglesa o que con un escaso dominio del inglés, principalmente hispanos y asiáticos. En algunos estados, el porcentaje de reclusos que necesitan un tratamiento por el consumo de drogas y alcohol es de un 60 o 70%. Un gran número de presos (entre el 50 y el 60%) no ha finalizado la enseñanza secundaria y muchos adultos y adolescentes asocian el sistema escolar tradicional con una larga serie de fracasos académicos y personales. Por supuesto, este hecho se relaciona con la falta de destrezas profesionales del delincuente y su incapacidad para encontrar y mantener un empleo remunerado en el mercado laboral actual dominado por la tecnología. A menudo, el siguiente paso lógico en este círculo vicioso es cometer un delito.

Se puede decir sin peligro alguno que las personas encarceladas tienen un gran número de necesidades insatisfechas que se traducen en una gran demanda de información, materiales didácticos, medios para la superación personal; la biblioteca, en cooperación con otros programas de la prisión, puede desempeñar un papel vital a la hora de satisfacer estas necesidades. Es probable que un recluso que quiera emplear su tiempo constructivamente se convierta en un usuario ávido de la biblioteca y que, cuando sea puesto en libertad, la biblioteca de la prisión pueda ofrecerle una gran cantidad de material relacionado con el trabajo y las profesiones además de información sobre la comunidad que puede ayudarle a superar los primeros meses críticos en el exterior.

La biblioteca de prisión moderna

¿Cuáles son las funciones más importantes de una biblioteca de prisión moderna? No son muy diferentes de las de una biblioteca pública. En 1992, Rhea Joyce Rubin desarrolló un modelo de planificación bibliotecaria especialmente para las bibliotecas de prisiones que se ha utilizado en los estados de Massachusetts y Wisconsin en los Estados Unidos. Este modelo se desarrolla a partir de los famosos Planning and Role Setting in Public Libraries (1987) y del Output Measures for Public Libraries (1987) de McClure et. al.1 La obra de Rubin Planning Process for Wisconsin Institution Libraries: A Workbook (1997) identifica las siguientes funciones posibles de una biblioteca de prisión:

  • Centro de lectura popular (es decir, préstamo de materiales de lectura para el ocio)
  • Centro educativo independiente (por ejemplo, ayuda para seleccionar lecturas para el aprendizaje continuo y las necesidades personales, información para aprender una profesión, servicios de referencia y ayuda con los cursos por correspondencia)
  • Centro de apoyo a la educación reglada ( es decir, información sobre oportunidades educativas y materiales y servicios de apoyo a la educación de adultos, inglés para hablantes no nativos, enseñanza profesional y cursos de enseñanza postsecundaria)
  • Centro de actividades de ocio y recreativas (por ejemplo, tertulias literarias, proyección de películas, programas culturales, club de ajedrez)
  • Centro de información legal (por ejemplo, herramientas para la investigación legal, materiales sobre casos, impresos legales)
  • Centro de apoyo a los programas de rehabilitación (por ejemplo, apoyo a los programas de control de la ira y del abuso de sustancias)
  • Centro de información sobre la comunidad exterior (por ejemplo, información para la reincorporación a la sociedad, contactos, direcciones de agencias de servicios sociales)
  • Centro de retiro personal (es decir, un lugar para que los usuarios tengan intimidad, silencio e independencia)
  • Centro de investigación del personal (es decir, centro de documentación sobre material relacionado con el trabajo)
  • Centro de apoyo al estudio (en las instituciones juveniles ofrece materiales que complementan los libros de texto y mejoran las actividades y el estudio que se hace en la clase).2

Debido al escaso personal civil, financiación y espacio, ninguna biblioteca de prisión puede desempeñar por sí sola todas estas funciones. A menudo el bibliotecario sólo es el profesional que trabaja y todo el personal de apoyo son reclusos. El bibliotecario debe gestionar todos los aspectos de las tareas bibliotecarias y está obligado a concentrarse en los servicios que tienen más impacto y sirven al mayor número de usuarios. Otros factores influyen en la decisión de a qué funciones se les da prioridad, estos factores incluyen el tamaño y nivel de seguridad de la institución, el método de acceso a la biblioteca (restringido o libre), los datos demográficos de la población reclusa, la duración de las condenas que tienen que cumplir y la diversidad y naturaleza de otras actividades y servicios, como por ejemplo los programas de rehabilitación y los educativos, los servicios sociales y las oportunidades de empleo para los reclusos.

Tanto si la selección de las funciones principales y secundarias es el resultado de las necesidades de evaluación o simplemente está dictada por la necesidad, el hecho es que la mayoría de las bibliotecas de prisiones de los Estados Unidos creen que sus principales funciones son las de ser un centro de materiales de lectura popular y un centro de información legal. También es muy importante la función de apoyo al aprendizaje independiente, como el de centro de información sobre la comunidad. Los reclusos utilizan mucho las bibliotecas, hasta diez veces más que las personas del mundo exterior. Si la biblioteca tiene una colección actual y variada, los indicadores como el préstamo por individuo y ?? (media de préstamo anual por documento) pueden ser muy altos en una biblioteca de prisión.3

El programa de la biblioteca no funciona independientemente sino que trabaja dentro del entorno de la prisión, cuya misión y normas de seguridad a menudo chocan con la ética profesional de la biblioteca y su creencia en el libre acceso a la información. El entorno de la prisión es un territorio poco tradicional y nada hospitalario con prioridades que desafían a la biblioteconomía y a las filosofías "tradicionales". ¿Cómo ofrecer información de forma gratuita en un entorno muy controlado con normas y reglas que gobiernan casi todos los aspectos de la vida diaria? ¿Cómo animar a los usuarios de la biblioteca a elegir sus materiales de lectura y ?? cuando en casi ningún otro aspecto de su vida tienen autonomía? ¿Cómo satisfacer las necesidades de información y de lectura de una población multicultural?

En un importante estudio estadounidense de 1974 sobre las bibliotecas de prisiones, Marjorie LeDonne dijo: "Me he dado cuenta de que aunque son importantes el espacio, el tiempo, el dinero, la formación y un personal de apoyo adecuado, la clave de un servicio bibliotecario de calidad en un correccional es el cambio de mentalidad, la energía y el sentido de dedicación que el bibliotecario ... lleva al trabajo".4 En otras palabras, llevar a una persona muy especial no sólo con un buen nivel de estudios, sino también con ciertas cualidades humanas. Es más fácil definir y cuantificar los requisitos académicos que las características humanas más intangibles; existen normas y directrices que se ocupan principalmente de lo primero.

Preparación y actitud

El Guidelines for Library Services to Prisoners de la IFLA de 1995 y el más reciente Library Standards for Adult Correctional Institutions americano y el Guidelines for Prison Libraries británico tratan de las titulaciones y de los niveles del personal de la biblioteca.5 El documento de la IFLA dice que la persona que trabaja como bibliotecario debería tener "las destrezas necesarias en biblioteconomía y la habilidad para trabajar eficazmente en el entorno de la prisión" (p. 12). También destaca la importancia de ser consciente de las necesidades inmediatas y potenciales de los presos.

Las normas norteamericanas son muy concretas en lo que se refiere a las titulaciones académicas y a la experiencia laboral de todo el personal de la biblioteca. Piden que el director de la biblioteca tenga una licenciatura en documentación o equivalente acreditada por la ALA y dos años de experiencia en ?? en una biblioteca. La persona que ocupe este cargo debería actuar como director del departamento y dirigir todas los servicios y actividades bibliotecarias. Se necesita tener un conocimiento de todos los aspectos de la gestión bibliotecaria. Los niveles del personal se indican de acuerdo con el tamaño de la institución y donde se pida puestos de trabajo complementarios, la titulación académica básica también es un título de Licenciado en Documentación acreditado por la ALA. Además de la experiencia académica y laboral concreta, las normas dicen que el personal de la biblioteca de todos los niveles debería ser seleccionado por su capacidad para trabajar en el entorno de un correccional. Las normas también recomiendan que cada estado emplee a un coordinador central de los servicios de la biblioteca de prisión con una gran experiencia administrativa y de asesoría. La investigación realizada por este autor indica que veintidós de los cincuenta estados adoptan esta postura; en donde no existe, muchas de las funciones relacionadas con las bibliotecas de prisiones las realiza el asesor de la agencia bibliotecaria estatal que trabaja con otros grupos de población en situación de desventaja.

Las directrices británicas recién revisadas también son muy útiles para definir la titulación del personal profesional y del de seguridad de la biblioteca. La publicación incluso incluye un programa de formación específico para cada puesto de trabajo, que debe realizar cada empleado nuevo. Para el bibliotecario, estos módulos ?? incluyen la orientación sobre las responsabilidades laborales y la estructura de la institución. Las directrices se desarrollaron de acuerdo con el modelo de gobierno del Reino Unido, bajo el que Servicio Nacional de Prisiones ?? con las autoridades de la biblioteca pública local para la selección del personal. El bibliotecario de prisiones debe ser un miembro conocido de la Asociación de Bibliotecarios y también debería ser un miembro del Grupo de Bibliotecas de Prisiones de la Asociación de Bibliotecarios. Las directrices exigen que se reconozca al director de la biblioteca como supervisor y miembro del equipo de gestión de la prisión. También se incluyen los requisitos del responsable de la biblioteca de la prisión (que combine las funciones específicas de seguridad y las de la biblioteca) y ordenar la biblioteca.

En el estado de Wisconsin, los Estados Unidos, este autor desarrolló la descripción del cargo de ?? sobre el que se basa el examen de la administración pública. La mayoría con mucho de las funciones y responsabilidades del puesto de trabajo entran dentro de la definición de gestión y servicio bibliotecario tradicional, como el servicio de referencia y la recuperación de la información, el desarrollo de la colección, la asesoría a los lectores, el préstamo, el préstamo interbibliotecario, la orientación bibliográfica y los programas dirigidos a los usuarios (con un gran énfasis en los programas de alfabetización de adultos). Sólo el diez por ciento del tiempo se dedica a actividades específicas de la prisión, como supervisión de los reclusos, vistas judiciales disciplinarias y los comités de la prisión. Se pide a los bibliotecarios que participen en los programas de formación relacionados con la tecnología de la información, las habilidades bibliotecarias y ??.

En 1995-96, la Sección de la IFLA de Bibliotecas que Atienden a Personas en Situación de Desventaja realizó un estudio internacional sobre las escuelas de biblioteconomía para recoger información sobre el grado en el que sus planes de estudios incluían cursos o elementos sobre cómo ofrecer servicios bibliotecarios a las personas en situación de desventaja. Los presos fueron uno de los trece grupos de poblaciones en situación de desventaja que se identificaron. De las 88 escuelas de biblioteconomía que repondieron, sólo 24 indicaban que incluían los servicios a los presos en su ??.6 [IFLA Journal 23 (1997) 5/6, p.369] Este estudio y la amplia información que se obtuvo de las conversaciones y la correspondencia con el profesorado de las escuelas de biblioteconomía de los Estados Unidos, Canadá y Europa, confirma la creencia del autor de que la biblioteconomía especializada en bibliotecas de prisiones aún no se reconoce ampliamente como una posible opción profesional, e incluso aquellas instituciones académicas que imparten cursos sobre cómo atender a los usuarios con necesidades especiales o incluyen referencias a estos servicios en sus cursos generales, no fomentan necesariamente la trayectoria profesional de la biblioteconomía especializada en bibliotecas de prisiones.

En los Estados Unidos las ?? tienen dificultades para contratar a bibliotecarios cualificados a pesar de la selección dinámica y, además, los sueldos y subsidios normalmente son competitivos con los del sector bibliotecario público. Para conseguir que los estudiantes de biblioteconomía sean más conscientes de las bibliotecas de prisiones que existen y el número cada vez mayor de sus usuarios, la profesora Linda Lucas Walling de la Universidad de Carolina del Sur, los Estados Unidos, ha desarrollado un curso especial sobre la biblioteconomía ??. Los objetivos del curso son conseguir que los estudiantes puedan:

  • Identificar y discutir cuestiones relacionadas con los ?? contemporáneos.
  • Identificar y discutir cuestiones relacionadas con la biblioteconomía contemporánea en los correccionales.
  • Discutir la relación entre la biblioteca y la prisión.
  • Describir las diferencias y semejanzas entre las bibliotecas ??, las públicas y las escolares.
  • Discutir las actividades y servicios básicos que normalmente se realizan en la biblioteca y en los correccionales.

El manual del curso es Libraries Inside: A Practical Guide for Prison Librarians, 7 uno de las pocas publicaciones recientes que abarcan todos los aspectos de las bibliotecas de prisiones. También se desarrollaron junto con el curso un ?? La autora ha utilizado estos recursos para la orientación de los nuevos bibliotecarios de prisiones.

Las semejanzas entre las bibliotecas de prisiones y las bibliotecas públicas son mayores que las diferencias. Probablemente la mejor base sobre la que construir una carrera en la biblioteconomía especializada en bibliotecas de prisiones sea una amplia formación académica en la biblioteconomía tradicional que incluya ?? en servicios de extensión bibliotecaria, alfabetización, recursos multiculturales, colecciones legales y materiales para el aprendizaje de discapacitados. Tanto mejor si esta formación también ofrece la oportunidad de seguir temas de interés especial y un período de prácticas en una biblioteca de prisión. Los bibliotecarios de prisiones experimentados también pueden ofrecer a los estudiantes de biblioteconomía un conocimiento profundo sobre su trabajo a través de conferencias, seminarios y simposiums. En el estado de Wisconsin, existe esta cooperación entre el Departamento de ?? y las dos escuelas de biblioteconomía del estado acreditadas por la ALA. El Departamento también ha ofrecido trabajos ocasionales a tiempo parcial para los estudiantes de biblioteconomía.

La experiencia ha demostrado que los nuevos bibliotecarios de prisiones tienen mayores posibilidades de éxito si poseen una educación adicional o experiencia laboral en otras áreas como sicología, criminología, enseñanza, trabajo social o asesoría laboral. También ayuda haber trabajado unos cuantos años en una biblioteca que no sea de prisión. Ya que muchos bibliotecarios de prisiones trabajan un poco aislados de sus compañeros del mundo exterior, es muy importante que participen en las asociaciones profesionales, se reúnan con otros bibliotecarios de prisiones o de otro tipo de bibliotecas para apoyarse mutuamente y resolver los problemas, participen en seminarios para mejorar sus habilidades y tener la oportunidad de comunicarse con otros profesionales a través del correo electrónico y de los grupos de discusión electrónicos. También es muy útil tener un tutorial que empareje? al nuevo bibliotecario con un profesional con experiencia. Toda la formación académica, la cooperación en red y la experiencia laboral no garantizarán el éxito del bibliotecario en el entorno de la prisión, ¡otras destrezas humanas son absolutamente esenciales y no todas se pueden enseñar!

Es importante entender que mucha gente no tiene el carácter adecuado para trabajar en una prisión. Todo el personal de la prisión debe comprender el objetivo de la institución y la dinámica de la comunidad de la prisión. Deben tener la habilidad para ?? los valores y metas básicas mientras trabajan de forma eficaz en este entorno, a menudo lleno de ambigüedad. El trabajo exige flexibilidad, paciencia, estabilidad emocional, una gran tolerancia y sentido del humor.

En la prisiones normalmente hay problemas y uno debe adaptarse rápidamente a las situaciones cambiantes, como ??, el traslado repentino de un trabajador recluso, los arrebatos irracionales, los recortes presupuestarios inesperados y la rotura del equipo. Es esencial no perder la seguridad, ya que esto puede parecer como una debilidad que se puede utilizar. Las situaciones estresantes abundan, ya que los reclusos están muy necesitados, son muy exigentes e impacientes. A menudo un usuario acaparará la atención del bibliotecario dando como resultado el que se tenga que posponer otras tareas apremiantes. No siempre se recibe ayuda de la administración y la burocracia de la prisión puede parecer terrible. Algunas decisiones administrativas pueden parecer arbitrarias. Es esencial el sentido del humor que alivia el estrés y calma las situaciones tensas. El humor también mejora la relación con los reclusos y con los compañeros de trabajo y puede reducir la inevitable barrera entre la seguridad y ??. Ayuda a una persona a ver los problemas con una perspectiva y evita la "apatía" un peligro laboral que normalmente se define como un estado de indiferencia o cinismo como resultado de la frustración y una sensación de ??. Es bueno para la persona poder desconectarse del trabajo al terminar el día.

Los bibliotecarios son proveedores de servicios, ¡si no tienen un deseo auténtico de ayudar están en el trabajo equivocado! En el entorno de la prisión domina la mentalidad hostil del "poderoso contra el débil". El bibliotecario puede tener un gran impacto en la vida de los reclusos si es sensible a sus necesidades e intereses ?? La biblioteca es uno de los pocos lugares de la prisión donde el recluso puede sentirse a gusto y estar seguro de que sus peticiones serán atendidas. La receptividad hacen que se aprecie al bibliotecario y a la biblioteca.

La ayuda está relacionada con la sinceridad. Cumplir lo que uno promete da credibilidad, si el bibliotecario no la tiene ningún recluso le respetará a él o a la biblioteca. De igual modo son importantes la imparcialidad y la tolerancia. El bibliotecario debe sentirse cómodo trabajando con personas de muchas procedencias sociales, raciales y culturales diferentes y debe ser capaz de dejar a un lado cualquier preferencia personal cuando seleccione materiales y responsa a las preferencias e intereses de los reclusos. Es igualmente importante tratar a todos de forma imparcial sin mostrar favoritismo, lo que también significa seguir las normas y procedimientos al pie de la letra con los reclusos que sean usuarios y trabajadores de la biblioteca. Todos los reclusos deberían recibir el mismo trato sin importar el delito que hayan cometido y el bibliotecario debería poder respetarlos como seres humanos individuales. Hacer excepciones ?? a la manipulación y a la pérdida del control. Sin embargo, la imparcialidad no excluye la firmeza y la confianza en uno mismo, estas son otras características personales que permiten que el bibliotecario sea más eficaz. Y para ser considerado un profesional experimentado, el bibliotecario siempre debería demostrar un buen juicio y estar dispuesto a tomar decisiones y asumir la responsabilidad.

Ciertas destrezas humanas pueden hacer que el trabajo con los reclusos sea mucho más fácil. Se pueden aprender buenas habilidades comunicativas y son esenciales cuando se trabaja con personas culturalmente diferentes, lo que incluye la habilidad para escuchar y comprender ??. El personal de la biblioteca interactua con muchos sociópatas y personas con desórdenes del comportamiento y casi todos los reclusos tienen problemas personales. Esto lleva a una persona prudente a trazar la línea entre mostrar empatía e involucrarse emocionalmente en los problemas personales de los reclusos.

Son igualmente importantes las habilidades para solucionar los problemas y también están relacionadas con la disponibilidad de un buen servicio de referencia y de orientación. También ayudan a usar el sentido común y el pensamiento racional cuando se trata con demandas que a menudo son irracionales.

Las habilidades para la enseñanza son muy útiles; la mayoría de los reclusos no son usuarios "tradicionales" de la biblioteca y necesitan aprender a usar la biblioteca y la tecnología existente. También se debe formar y supervisar estrechamente a los presos que trabajan en la biblioteca. Es importante desarrollar las relaciones profesionales con los trabajadores ya que su cooperación y apoyo son esenciales para facilitar el trabajo en la biblioteca.

Los bibliotecarios deben tener experiencia profesional en las relaciones públicas y en las técnicas de markerting. Se deben promocionar los servicios bibliotecarios ante los usuarios potenciales quienes, aunque constituyen un público obligado a escuchar, no tiene por qué usar necesariamente la biblioteca.

La censura es un ?? con los bibliotecarios. A pesar de su dedicación personal al libre acceso a la información, deben reconocer que ciertos materiales pueden ser una amenaza para la seguridad de la institución, por ejemplo obras sobre la fabricación de bombas, fugas de prisiones y artes marciales. Poder aceptar que se impongan ciertas restricciones en la selección de materiales puede marcar la diferencia entre sobrevivir o no en el trabajo.

Con muchas demandas al mismo tiempo, el bibliotecario deber aprender a tener una visión global para planificar y establecer prioridades. Se debe aceptar que es imposible satisfacer a todas las personas a la vez.; este autor ha visto como varias bibliotecas de prisiónes ?? mientras que los bibliotecarios se ahogaban en los detalles.

Sin embargo, existen muchas recompensas para un buen bibliotecario de prisiones. Debe tener la satisfacción de ofrecer servicios directos y crear una biblioteca adecuada a las necesidades específicas de un grupo diverso y receptivo. La mayoría de los reclusos valoran la biblioteca y aprecian el trabajo que realiza el bibliotecario. Muchos se convierten en usuarios de la biblioteca por primera vez en la prisión y ven abrirse ante ellos un nuevo mundo. Hay reclusos que han aprendido a leer con la ayuda de un bibliotecario o un programa de alfabetización de la biblioteca.

A menudo, los reclusos que trabajan en la biblioteca prueban al nuevo bibliotecario, pero una vez que él o ella ha pasado la prueba siendo justo, ?? y respetuoso con los trabajadores como personas, normalmente se vuelven muy protectores y promotores incondicionales de la biblioteca.

Puede parecer poco novedoso, pero de hecho es grato saber que uno ha marcado una diferencia en la vida de alguien y que se le recuerda con ??, como un recluso de Wisconsin que repondió a un estudio de una biblioteca con el siguiente comentario: "El bibliotecario es una persona buena y sincera que me hace pensar en muchas cosas nuevas, ¡aunque no me deja mascar chicle!"

Notas

1. Charles R. McClure et al., Planning & Role Setting for Public Libraries (Chicago: American Library Association, 1987); Nancy A. Van House et al., Output Measures for Public Libraries (Chicago: American Library Association, 1987).

2. Rhea Joyce Rubin, The Planning Process for Wisconsin Institution Libraries (Oakland, CA: Rubin Consulting, 1997).

3. From annual statistical reports produced by adult and juvenile correctional libraries, Wisconsin Department of Corrections, USA.

4. Marjorie LeDonne, "Survey of Library and Information Problems in Correctional Facilities: A Retrospective Review," Library Trends 26/1, p. 69.

5. Frances E. Kaiser, ed., Guidelines for Library Service to Prisoners, 2nd rev. ed., (The Hague: IFLA , 1995); Library Standards for Adult Correctional Institutions (Chicago: American Library Association/Association of Specialized and Cooperative Library Agencies, 1992); Roy Collis and Liz Boden, eds., Guidelines for Prison Libraries (London: Library Association Publishing, 1997).

6. Anne M. Galler, "The Inclusion of Library Services to Disadvantaged Persons in Library School Curricula," IFLA Journal vol.23, No. 5/6, 1997.

7. Rhea Joyce Rubin and Daniel Suvak, eds., Libraries Inside: A Practical Guide for Prison Librarians (Jefferson, NC: McFarland & Co., 1995).

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Latest Revision: June 30, 1999 Copyright © 1995-2000
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